Camille Claudel
Camille Claudel (I) ; la passion de l'ombre et le minimal centimètre
LANCIATO DA
Lizzy
on lunedì 12 aprile 2010
FINESTRE:
beauté sereine,
Camille Claudel,
l'ombre,
Lizzy,
minimal centimètre,
passion
L'ORIGINE DEL COSMO
VERRÀ LA MORTE E AVRÀ I TUOI OCCHI
C. Pavese dixit
8 commenti:
Camille Claudel:
en mi opinión superó a Rodin,(personalmente me encanta, superó a Rodin.), la pena es que era mujer en un mundo de hombres, así terminó, destruida.
Me hubiera encantado conocerla...
Que el Aguila la deje pasar.
un beso.
Tula, veramente è come dici. Una mujer en un mundo de hombres que acabó destruida. Tengo la intuición de que el águila la dejará pasar, sin hacerle ninguna pregunta.
A mí también me hubiera gustado mucho conocerla. Pero nos quedan sus esculturas mudas. Es un modo.
:)
Estoy seguro de que pasó y fue acogida.
"El Aguila" es un mito Tolteca, todos los seres vivientes del universo han de pasar por su sombra y solo respeta la conciencia.
un beso.
Tula, gracias por clarificarme la figura del Águila, lo imaginaba como una especie de Caronte, aunque más severo, pues el barquero no deja de ser un portador de mercanía, por mal que suene.
Tiene magia ese Águila. Ahora estoy muy intrigada. La conciancia...
En la mitología Tolteca.
"El Don del Águila", C. Castaneda
Al poder que gobierna el destino de todos los seres vivientes se le llama el Águila, no porque sea un águila o porque tenga algo que ver con las águilas, sino porque a los videntes se les aparece como una inconmensurable y negrísima águila, de altura infinita; empinada como se empinan las águilas.
A medida que el vidente contempla esa negrura; cuatro estallidos de luz le revelan lo que es el Águila. El primer estallido, que es como un rayo, guía al vidente a distinguir los contornos del cuerpo del Águila. Hay trozos de blancura que parecen ser las plumas y los talones de un águila. Un segundo estallido de luz revela una vibrante negrura, creadora de viento, que aletea como las alas de un águila. Con el tercer estallido de luz el vidente advierte un ojo taladrante, inhumano. Y el cuarto y último estallido le deja ver lo que el Águila hace.
El Águila se halla devorando la conciencia de todas las criaturas que, vivas en la tierra un momento antes y ahora muertas, van flotando como un incesante enjambre de luciérnagas hacia el pico del Águila para encontrar a su dueño, su razón de haber tenido vida. El Águila desenreda esas minúsculas llamas, las tiende como un curtidor extiende una piel, y después las consume, pues la conciencia es el sustento del Águila.
El Águila, ese poder que gobierna los destinos de los seres vivientes, refleja igualmente y al instante a todos esos seres. Por tanto, no tiene sentido que el hombre le rece al Águila, le pida favores, o tenga esperanzas de gracia. La parte humana del Águila es demasiado insignificante como para conmover a la totalidad.
Sólo a través de las acciones del Águila el vidente puede decir qué es lo que ella quiere. El Águila, aunque no se conmueve ante las circunstancias de ningún ser viviente, ha concedido un regalo, a cada uno de estos seres. A su propio modo y por su propio derecho, cualquiera de ellos, si así lo desea, tiene el poder de conservar la llama de la conciencia, el poder de desobedecer el comparendo para morir y ser consumido. A cada cosa viviente se le ha concedido el poder, si así lo desea, de buscar una apertura hacia la libertad y de pasar por ella. Es obvio para el vidente que ve esa apertura y para las criaturas que pasan a través de ella, que el Águila ha concedido ese regalo a fin de perpetuar la conciencia.
Existen representaciones escultóricas en templos de Mexico en los cuales se ve un Águila devorando un corazón.
un beso.
Tremendo. Muchísimas gracias por el fragmento. Es impresionante la imagen que evoca el texto por sí sólo, aunque explicativo.
Cuando dice "a su propio modo y por su propio derecho, cualquiera de ellos, si así lo desea, tiene el poder de conservar la llama de la conciencia, el poder de desobedecer el comparendo para morir y ser consumido. A cada cosa viviente se le ha concedido el poder, si así lo desea, de buscar una apertura hacia la libertad y de pasar por ella. Es obvio para el vidente que ve esa apertura y para las criaturas que pasan a través de ella, que el Águila ha concedido ese regalo a fin de perpetuar la conciencia..." parece dar alas a la idea de la reencarnación.
Parece que funciona además a modo de un demiurgo, pero llevando a cabo el proceso inverso de este.
Muchas gracias por el fragmento Tula. Voy a soñar con el Águila...
Lizzy, se me ocurre que más que reencarnar es la oportunidad de tener una oportunidad.
Ten por seguro que si desarrollamos conciencia, los huesos quedarán, pero algo habremos cristalizado que por lo menos la vida de la tierra viviremos.
fractalmente.
La posibilidad, la voluntad. Y volvemos a cerrar el círculo en los ojos ciegos del águila.
A partir del desarrollo de la conciencia: un disparo al aire. Incerteza que invita a unirse a ese desorden.
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